La noche terminó con varios masajes para la contractura de su cuello. Los nudos cedían con la presión de los dedos. Unos mimos. El dolor en la espalda persistía. Nos dormimos.
Desayuno interesante. Tacho desayuno y pongo brunch, agregamos, al café recién hecho y jugo de naranja dulces y trucha y palta sobre pan negro tostado.
Se prueba el vestido, dice que es mas alta que yo (con tacos) y que eso no queda bien. Si queda. Agrega que va a ir así, cómoda medio hippona con un peinado cool y sin bombacha... Ah, y un pedo para noventa y siete, casualmente el numero de barras que nos faltan compartir.
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